El primer destino de la Unión Europea que prohíbe la entrada con maletas de ruedas por su casco antiguo

Declarada Patrimonio de la Humanidad en 1979 por la UNESCO, la historia de esta ciudad costera localizada al sur de Croacia nos lleva a época medieval. Dubrovnik se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los turistas en los últimos años, incluidos los españoles.

Viajar se ha vuelto en un fenómeno de masas, especialmente tras el despegue, nunca mejor dicho, de los vuelos baratos. Uno de los destinos por excelencia entre los turistas es Croacia, que ahora prohíbe las maletas de ruedas en el casco histórico de Dubrovnik, ciudad costera declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979.

La razón no es otra que, como cabría esperar, la contaminación acústica. Los nuevos huéspedes de esta ciudad turística situada al sur del país y bordeada por el Mar Adriático, deberán cargar el equipaje y, en una segunda fase, dejarlas en un punto de recogida para tratar de minimizar el ruido que causan.

Por qué se prohíbe el acceso de maletas al centro de Dubrovnik

Según este medio de comunicación, el objetivo final es crear un centro logístico en el aeropuerto para trasladar los equipajes hasta el hotel directamente desde allí y, así, reducir las molestias acústicas que causa la presión turística a los vecinos. En cualquier caso, es importante saber que si bien es cierto que no se pueden arrastrar por el suelo, sí que se podrá cargar con ellas hasta el alojamiento.

Qué ver en Dubrovnik, la joya medieval de Croacia

Las impresionantes murallas que rodean la ciudad son la razón de que Dubrovnik se haya mantenido intacta a lo largo de los siglos. Es una de las fortificaciones más impresionantes de Europa. Se remontan al siglo XII y a lo largo del tiempo se fueron completando como protección frente a todos los invasores que tuvieron como objetivo esta bella ciudad.

Aunque Dubrovnik tiene también magníficos rincones más allá de sus murallas, es en su centro histórico donde la ciudad muestra todo su esplendor. Dentro de las murallas, una sorpresa tras otra: iglesias, majestuosos palacios, casas de bellas fachadas, placitas con mucho encanto, y todo ello, en unas calles peatonales y sin coches. Visitar su casco viejo es un recorrido fascinante a través de un espectáculo arquitectónico que no cesa.

La calle Stradun, conocida como Placa, es la arteria principal y corazón de la ciudad. Va desde la puerta de Pile hasta la puerta de Ploče. De algo más de 300 metros de largo, divide el casco antiguo en dos partes. Repleta de cafés, pequeñas terrazas, tiendas y restaurantes, te encantará también por la belleza de las fachadas barrocas. No te pierdas la Columna de Orlando, uno de los monumentos más antiguos de la ciudad.

A solo unos tres kilómetros del centro está la bahía de Lapad, donde hay varias playas. La playa de Sveti Jakov está considerada como la más bonita de la ciudad, y ofrece magníficas vistas del casco antiguo y de la isla de Lokrum.